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Solución - Episodio 9: Radioactivo

Para disfrutar de un hermoso día, abrimos la ventana que se encuentra junto a nuestro ordenador. Oh, nuestro amigo Hoagie está recostado en su jardín, por lo que le preguntamos qué está haciendo. Nos dirá que está leyendo un libro, algo nuevo para él, así que lo dejamos tranquilo. Usamos nuestro ordenador y... Oh, Dios, nuestro promedio de 9 en Química es toda una tragedia. Salimos hacia el corredor del primer piso. ¿Qué es ese trozo de papel que cuelga de la puerta del cuarto de Britney? Oh, tenemos prohibida la entrada; al menos mientras ella no salga de allí no tendremos problemas. Un paseo por el baño hará que descubramos y tomemos el frasco de laxante que está sobre la bañera. De nuevo en el corredor, notamos que una parte de la carpa cuelga de la trampilla del desván.

Bajamos por la escalera y ¡vaya! Sentimos que suena el teléfono y lo atendemos. Es el alcalde, quien nos asigna ir a la Cueva Fox para examinar un fenómeno radioactivo. Una tarea honorable por supuesto, más cuando la orden viene del ámbito político, pero... ¿cómo iremos hacia allí? Si aún estamos junto al teléfono, sólo tenemos que llamar al padre de Hoagie, quien nos podría prestar su coche. Hacerlo fue un juego de niños, Hoagie puede llevarnos allá. Pero como él no sabe nada aún, deberíamos comunicárselo. Volvemos al cuarto de Bernard y hablamos con Hoagie otra vez desde la ventana. Ahora Hoagie estará al tanto y pronto vendrá a buscarnos.

Antes de partir, debemos recoger la carpa del ático y el medidor de radiación del sótano. Para eso, primero tomamos la regla y el bolígrafo del cajón de nuestro escritorio. También llevamos el Perpetuum Mobile; tal vez podamos encontrarle un uso. En el corredor, intentamos abrir la trampilla con la regla, pero ni aún así la alcanzamos. ¿Qué podríamos hacer? El viejo y querido microondas podría sernos de gran ayuda, así que corremos hacia la cocina para buscarlo. Por el camino, recogemos el encendedor Zippo del comedor, ya que siempre necesitaremos este elemento para acampar. Ya en la cocina, tomamos el microondas. Antes de irnos, llevamos también el Sad Bull del refrigerador, ya que necesitaremos un poco de energía para esta difícil empresa. De nuevo en el corredor del piso de arriba, usamos la trampilla con el microondas y nuevamente intentamos abrirla con la regla. Esta vez tendremos éxito y conseguiremos por fin nuestra carpa.

Aún nos falta el medidor de radiación, pero éste está en el sótano, que para peor está contaminado. Entramos al dormitorio de nuestros padres y tomamos la aspiradora de mamá. De camino al sótano, en el living tomamos el control remoto y con él vemos qué hay en la televisión. Veremos a Ed el Raro buscando su hámster, pobrecito. Ahora, para descontaminar el sótano, debemos limpiar el aire; para ello contamos con la aspiradora, pero necesitamos algún tipo de filtro que pueda quitar el veneno radioactivo. Vamos al frente de la casa; el musgo que está en la pared podría sernos útil. Tomamos un poco y lo usamos con la aspiradora. Listo, ahora podremos dirigirnos a la puerta del sótano y absorber toda la radiación. Finalmente podremos entrar y tomar el medidor que se encuentra allí. También podremos ver nuestro proyecto de química que no funciona, pero nos haremos cargo de él más tarde.

¡Suena el timbre! Debe ser Hoagie, que viene a buscarnos con su auto. Así que ponemos rumbo a la Cueva Fox. Cuando lleguemos allí, inspeccionamos el área, pero desgraciadamente no podemos entrar a la cueva porque la radiación de esa zona es muy alta. Entonces nos disponemos a armar nuestra carpa; parece una cosa fácil, pero no podemos hacerlo bien. Así que le pedimos una mano a Hoagie, le damos la carpa y él la arma en un santiamén. Abrimos nuestra carpa recién armada y tomamos el jarro que hay dentro. Y ahora ¿cómo podremos entrar a la cueva? No podemos utilizar la aspiradora en una cueva tan grande, así que buscamos un método para inmunizarnos contra la radiación. Ponemos manos a la obra y elaboramos nuestra fórmula: usamos el Sad Bull con el laxante, y ponemos esa mezcla en el jarro. Sólo necesitamos agregarle un elemento radioactivo para generar los anticuerpos apropiados.

Tenemos dos maneras de hacerlo: podemos abrir la aspiradora, sacar el musgo y usarlo en el jarro, o bien cortar la rama del árbol que está en el lugar y meterla también en nuestro jarro. La mezcla estará lista, pero no en el estado adecuado. Para que sus componentes puedan disolverse en un brebaje ameno, tendremos que calentarla. Nos bastará hacer un fuego en el campamento con el encendedor, o bien volver a casa, colocar el microondas en el armario de la cocina y calentar allí la mezcla. Cualquiera de los dos métodos nos permitirá calentar nuestro jarro y tener el brebaje listo para tomar. Hoagie no quiere ser conejillo de Indias, así que debemos beberlo nosotros mismos. ¡Y funciona! Gracias a él podremos entrar a la cueva y encontrar dentro al hámster radioactivo, aunque los efectos del laxante nos hará entrar en apuros cada tanto. A pesar de nuestra velocidad no podremos atrapar al escurridizo roedor con nuestras manos, pero por fortuna tenemos nuestro Perpetuum Mobile y podremos colocarlo en el montículo que está en medio de la cueva. Al verlo, el hámster recordará su ruedecilla y se pondrá a girar dentro, entonces recogemos nuestro aparato y volvemos a casa.

Hoagie nos dejará sanos y salvos en nuestro hogar. Hmmmm, ese hámster podría dar suficiente energía para nuestro fallido experimento. Así que vamos al sótano y utilizamos al Perpetuum Mobile con hámster en la interfase de energía. Funciona de maravillas, pero necesitamos los diagramas de conexión que nuestro padre escondió en castigo por la explosión en el sótano. Así que abrimos el cajón que está debajo de nuestro proyecto y tomamos el destornillador. Como somos buenos en buscar lugares ocultos, nos dirigimos a la biblioteca y observamos el panel que está a la derecha de la puerta. Parece estar hueco, así que intentamos abrirlo; como no podemos hacerlo con nuestras manos, utilizaremos el destornillador con él. Recogemos la caja que hay dentro y la abrimos: obtendremos los planos de nuestro proyecto de fusión termonuclear. Volvemos al sótano y utilizamos los planos para configurar nuestro experimento. Ahora sí, funciona perfectamente. Pasamos a una secuencia animada, en la que vamos a la escuela y presentamos nuestro proyecto de química. Es todo un éxito, aunque somos bastante explicativos en nuestra exposición.

Bien, hemos vuelto a casa. Vuelve a sonar el teléfono del corredor, así que atendemos y le contamos al alcalde nuestra hazaña en la Cueva Fox. Congratulado con la noticia, éste nos promete sugerir que el centro de compras de la ciudad lleve nuestro nombre, vaya honor. En nuestro cuarto, volvemos a usar la computadora y desubriremos con agrado que nuestra nota ha mejorado. No puede esperarse nada mejor, nuestro promedio de química ha vuelto a 10. Y ahora, ¿qué hacemos con el hámster? Aún tenemos la caja vacía, así que lo pondremos dentro. Luego, con el bolígrafo escribimos la dirección del anuncio que vimos en la TV y nos dirigimos al buzón de la entrada. Descubrimos que nos falta el sello, por lo que inspeccionamos el felpudo de la entrada de casa y gracias a nuestra buena suerte encontraremos uno. Ahora pegamos el sello en la caja y, ahora sí, la despachamos por el buzón. Y así llegaremos a la secuencia animada del final, donde veremos nuevamente la pantalla de la TV, con Ed el Raro feliz por reencontrarse con su hámster y conmocionado por saber quién permitió este reencuentro gracias a una comunicación con el alcalde. FIN.

Eastereggs:

Soluciones alternativas:

Elemento radioactivo para la mezcla en el jarro:
1. Rama del árbol
2. Musgo de la aspiradora

Para calentar el jarro:
1. Usarlo con el microondas
2. Usarlo con el fogón del campamento

Para enviar al hámster por correo:
1. Enviarlo de la manera normal, sano y salvo
2. Usar el hámster con el microondas y luego enviarlo

Translation: Cossack

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